Hay que reconocer que la capital de Lombardía es quizá más comercial y urbana que monumental, pero si dijéramos que no es atractiva turísticamente, somos injustos. Entre otras cosas, porque a una hora del centro de la ciudad nos encontramos con los impresionantes paisajes alpinos del Lago Como y el atractivo de localidades ribereñas como Bellagio.
El Lago Como es uno de los grandes paisajes naturales del norte de Italia. Se trata de un enorme lago, de 146 kilómetros cuadrados de extensión, muy cerca ya de la frontera con Suiza, rodeado de altísimas montañas que caen casi en picado hacia el agua, dejando, no obstante, pequeños espacios donde se apiñan las casas que forman los numerosos pueblos pintorescos de sus riberas. El Lago Como, lejos de extenderse uniformemente, tiene un forma caprichosa que hace que se sus aguas se repartan en tres estrechos pasillos que se juntan en la zona central, frente al pueblo de Bellagio. El hecho de que estos pasillos de agua sean relativamente estrechos, permite que, tanto navegando en el lago como desde sus orillas, los pueblos cercanos y las enormes montañas que aparecen tras ellos se distingan con mucha nitidez.
El Lago recibe el nombre de la ciudad de Como, la población mas grandes de sus orillas, situada en su extremo suroeste y que cuenta con unos 75.000 habitantes, un centro histórico amurallado con algunos edificios de interés y excelentes comunicaciones con Milán. En el extremo suroriental, aunque algo más pequeña y aislada del lago, aparece la ciudad de Lecco. Ambos son los principales puntos de comunicaciones para llegar desde ciudades como Milán, Bérgamo o Brescia.
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En el Lago Como hay dos atractivos fundamentales: el principal, los paisajes montañosos que se pueden contemplar navegando por el lago o desde los pueblos de sus orillas, pero también, la posibilidad de disfrutar del encanto de estos mismos pueblos. El mas conocido de ellos es Bellagio, un autentico cruce de caminos en el centro del Lago.
Bellagio es un autentico hervidero de turistas en los fines de semana de verano. Se trata de un pueblo relativamente pequeño, con una pequeña explanada frente a la orilla del Lago Como donde se apiñan bares y restaurantes y otras pequeñas callejuelas que van elevándose desde ella por la ladera de la montaña. Si no se quiere detener uno en las tiendas -abundantes establecimientos de moda artesanal, sedas y delicatessen con precios algo elevados-, parar a comer en uno de sus muchísimos restaurantes de cocina local o ver alguna de las dos haciendas de la ciudad, todo el pueblo puede verse de sobra en media hora caminando.
Se habla mucho de Bellagio como atractivo turístico y, la verdad, me decepcionó ligeramente. Es bonito, pero lejos de ser una maravilla arquitectónica. Es un lugar excelente para relajarse y comer, pero me resulta algo aburrido.
Sin embargo, de lo que no puedo cansarme nunca es de los paisajes que pude disfrutar desde el barco, sobre todo en aquellas zonas donde las montañas aparecen mas volcadas sobre el agua. Y navegar por el Lago Como no es precisamente un lujo inaccesible, sino más bien bastante sencillo, ya que hay rutas de ferries que unen las principales poblaciones de las orillas del lago por un precio razonable. Hay una ruta principal entre Como y Colico, pasando por Bellagio y otras localidades, servida por un ferry rápido. El trayecto de Bellagio a Como dura aproximadamente unos 40 minutos en este caso. Sin embargo, el resto de ferries son convencionales, con una zona abierta desde la que contemplar el paisaje.
Evidentemente, el verano toda la zona del Lago Como -fresca y verde- cuenta con una enorme afluencia de turistas y milaneses de excursión. Lugares como Bellagio están a tope de visitas los fines de semana. En los meses mas fríos del invierno, el frío y la nieve pueden hacer que el viaje en barco sea un poco incomodo. La primavera y el otoño son épocas perfectas para visitar la zona y, si nos apetece arriesgarnos, los últimos días del invierno y primeros de la primavera son excelentes si coincidimos con un día de sol, ya que las montañas que rodean el lago estarán, en muchos casos, cubiertas de nieve.
Visitar el Lago Como y movernos por él
Tenemos varias opciones para llegar al Lago Como en transporte público. La más fácil desde Milán es llegar a Como en una hora o menos -dependiendo de si el tren es rápido o de cercanías-, tomar el barco desde allí a Bellagio y volver haciendo el mismo camino. Si alguien quiere explorar el Lago Como desde el lado oriental- que a mí me resultó mas bonito por la proximidad de montañas mas altas- puede ir a Lecco en tren, hacer trasbordo con otro hasta la estación de Varenna-Esino y, desde allí, tomar el barco a Bellagio. Desde Bérgamo, por el contrario, lo más rápido es llegar a Varenna-Esino, con trasbordo en Lecco, y allí tomar el barco.
Sea como sea, si el tiempo atmosférico y el del reloj acompañan, mi recomendación seria hacer la ruta completa, con el viaje de ida desde Como y el regreso desde Varenna o viceversa. Los precios de los trenes a la zona del Lago Como son muy asequibles: entre 4 y 5 euros por cualquiera de los trayectos desde Milán o desde Bérgamo a Varenna. Los barcos son algo mas caros: algo mas de 3 euros por los 15 minutos de trayecto de Varenna a Bellagio y hasta 11 euros en el barco rápido de Bellagio a Como.
¿Ver el Lago Como en un día desde Milán?
Me preguntan si se puede hacer esta excursión al Lago Como en un día desde Milán. Mi respuesta es sí, rotundamente. Es mas, si se madruga y no se quieren visitar muchos pueblos del lago, quedaría toda la tarde para poder combinar esta visita con la ciudad de Bérgamo antes de volver a dormir a Milán.
Mas aun, teniendo en cuenta que los vuelos de Ryanair a Bérgamo desde Madrid son a las 6:00 el de ida y a las 21:30 el de vuelta, es técnicamente factible convertirlo en una excursión de un día desde Madrid, siempre que seamos disciplinados a la hora de respetar los horarios de los medios de transporte que utilicemos y demos margen suficiente de tiempo para poder volver al aeropuerto de Bérgamo incluso en el caso de que perdiéramos algún barco o tren por el camino. Ojo, por cierto, a las taquillas de las estaciones de tren. Las colas no son extrañas y conviene ir con cierto tiempo para poder comprar el billete sin temor a perder el tren.
Sin embargo, lo más recomendable es que sea una excursión de un día -o de medio si se hace rápidamente y se quiere compatibilizar con una rápida visita a Bérgamo- para los viajeros que tengan base en Milán, o que -para evitar la pérdida de tiempo en cambios de medios de transporte- acudamos a alguna excursión organizada como ésta que sale desde Milán.
Solo por verlo ya merecería la pena viajar a Milán. El paisaje natural del Lago Como es uno de los más bonitos que me he encontrado en mis viajes de los últimos meses.