Excursiones cercanas a Milán

Lago Como

Milan

El Lago Como es la visita más habitual de los viajeros que visitan Milán. Este lago, enorme, con 146 kilómetros cuadrados de extensión está a poco más de una hora de viaje desde Milán en tren, muy accesible por transporte público, y tiene como gran atractivo los paisajes naturales que se pueden contemplar desde él –especialmente el fondo montañoso de los Alpes- y los pintorescos pueblos de sus orillas, de entre los que tradicionalmente Bellagio ha sido el más destacado.

El lago tiene forma de hélice de tres puntas, con dos de ellas mirando hacia el sur y otra hacia el norte. Esto supone que la enorme extensión del lago se reparta en franjas relativamente reducidas de agua por las que poder navegar disfrutando de las vistas de ambas orillas. Bellagio es, geográficamente, el punto donde se encuentran estos tres brazos de la hélice, lo que le otorga alguna de las mejores vistas del lago.

Bellagio es, precisamente, el pueblo más frecuentado por los turistas, si bien desde cualquiera de las poblaciones del lago podremos disfrutar de grandes vistas. Durante la temporada alta, especialmente los fines de semana, está saturado de vistantes. Pero en otros momentos del año es una visita agradable. El pueblo no es especialmente grande. Cuenta con una explanada junto al lago, donde atracan los barcos, en la que hay numerosas terrazas y restaurantes con vistas al lago y, desde la parte baja, hay pequeñas callejuelas que van subiendo en cuesta por calles estrechas y tradicionales. Es el típico pueblecito que podríamos definir como “con encanto”, pero si no se come allí, se puede visitar con mucha calma en una hora.

La mejor manera de disfrutar el lago y sus vistas, en mi opinión, es navegando por él. Los barcos de línea que comunican distintos puntos del lago son abundantes e, incluso, una línea rápida comunica Bellagio con Como en unos cuarenta minutos. El resto de servicios son barcos más pequeños, más lentos y casi todos ellos con una parte descubierta ideal para disfrutar de las vistas de la orilla.

En el extremo suroccidental del lago se encuentra Como, que es la localidad más importante de la región. No es especialmente grande, pero algunas calles de su casco histórico merecen ser recorridas. Es el punto de transporte más fácil desde Milán, con numerosos trenes de cercanías y largo recorrido que comunican con la capital de Lombardía.

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Para llegar y recorrer el Lago Como desde Milán hay varias opciones. La más fácil es llegar a Como en transporte público y hacer el recorrido de ida y vuelta desde allí hasta Bellagio en barco. Se puede ir, también, hacia el extremo suroriental del lago, donde está Lecco, hacer trasbordo allí a un tren regional que pase por la estación de Varenna-Esino y, allí, tomar el barco hasta Bellagio. Mi opción preferida, si se tiene tiempo, es hacer ambos recorridos: coger el barco en Varenna, detenerse en Bellagio y, desde allí, dirigirse a Como para volver a Milán.

Bérgamo

Milan

Bérgamo es una pequeña ciudad situada a aproximadamente una hora de Milán en tren, que tiene como principal atractivo su ciudad vieja, que se eleva sobre la colina que domina la vista de la ciudad nueva. Es un lugar no excesivamente grande, que puede verse con calma en una mañana y que, en los últimos años, se ha visto beneficiada por la aparición de vuelos económicos desde su aeropuerto de Orio al Serio, que han atraido bastantes turistas.

En Bérgamo llama mucho la atención la distinción entre las dos ciudades: la antigua y la moderna. La antigua ocupa un recinto amurallado sobre una colina que domina toda la ciudad y conserva un importante patrimonio cultural. La ciudad nueva, por el contrario, es una animada ciudad de provincias que se extiende en las faldas de la colina, con bastante vida en su zona principal y bonitas vistas del Bérgamo más antiguo.

Casi todo el atractivo turístico de Bérgamo se concentra en la ciudad antigua, a la que se puede acceder en el autobús número 1 desde la estación de ferrocarril o el aeropuerto, en un pequeño funicular desde la ciudad nueva o, también, a pie con un pequeño paseo. En ella destacan, sobre todo, la Piazza Vecchia, con el edificio de la Torre Civica y, a pocos metros, la Catedral de Santa María la Mayor. Pero casi lo mejor para disfrutarlo es pasear por sus calles empedradas y disfrutar de su arquitectura. El recorrido por el centro de la ciudad se puede hacer en poco más de una hora, salvo que queramos ver la pinacoteca de la Academia Carrara, con lo que nos llevaría algo más de tiempo.

Bérgamo es una buena excursión para una mañana o una tarde y, dado que las comunicaciones con Milán y el Lago Como son buenas, es posible combinarlo en una excursión de un día con éste último lugar si no nos detenemos mucho en él.

Lago Maggiore y Lago de Garda

El Lago Como es el que se lleva la mayor parte del protagonismo turístico de Milán, pero no es el único en las proximidades que dispone de un entorno natural privilegiado, dominado por los paisajes de los Alpes. El Lago Maggiore se encuentra al noroeste de Milán, a aproximadamente una hora en transporte público. Allí destaca, sobre todo, el pueblo ribereño de Stresa; pequeño, pero digno de una visita.

Por su parte, a poco más de 130 kilómetros de Milán –entre Brescia y Verona-, se encuentra el Lago di Garda, que es el mayor de Italia. Como en el Lago Como, hay varias líneas de ferry que facilitan la comunicación entre los pueblos de la orilla del lago y nos permiten disfrutar de los paisajes desde el agua. Hay un ferry rápido que comunica casi todos los pueblos de las orillas, pero también algunas líneas de ferry tradicional.

La mayor parte de los turistas llegan por tren o carretera a las ciudades del sur del lago: Desenzano y Peschiera –están bien comunicadas con Milán, Brescia y Verona- y, desde allí, se trasladan en barco a los pueblos de la orilla. Entre ellos destacan Sirmione, Malcésine, Bardolino, Garda y- ya en el norte- encajado ya casi en los Alpes, el pueblo de Limone.

Verona

A algo más de 150 kilómetros de Milán, Verona es una excursión que se puede realizar en un día si se tienen ganas de algo de actividad. La ciudad es mundialmente famosa por ser el escenario de la obra de Shakespeare “Romeo y Julieta”, por lo que ha quedado como una ciudad marcada por cierto carácter romántico. La ruta de los famosos amantes condiciona los recorridos artísticos de la ciudad y la casa de Julieta está en todas las rutas turísticas de Verona. Pero no por ello hay que dejar de ver otros lugares como la renacentista Piazza delle Erbe. Aunque, claro está, como en otras muchas ciudades italianas, gran parte de su encanto reside en dejarse perder por el casco histórico de la ciudad y contemplar sus edificios.

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